LA CONSUMACIÓN
Finalmente llegamos a la casa sindical, en la que, no por ser más amplia, hacía menos calor. Desde un rincón presenciamos bulla, sudor, olor de multitud, delirio, frenesí. Todos comenzamos a entrar en una especie de trance: sonidos agudos de cueros, gargantas masculinas y femeninas rotándose el canto. Hasta San Juan se embriagó. Danza cadenciosa, cinturas prietas al son de la curbata. Es el momento en que las parejas muestran la mayor destreza de sus movimientos, concentrando la atención en los pies, con cambios repentinos de una tonada a otra.
Efervescencia: frente a mí, las “troyas” y los túneles se arman y se desarman. El sonido del redoblante les pide danzar de una u otra manera. Bambas, corríos y redondos, tres tipos de baile presentes en la celebración. Decenas de tonadas me llevan directo a África en una conexión instantánea con piel de gallina, mientras disfruto a ojos cerrados de sonidos familiares como de siempre y mis músculos y huesos marcan el pulso de lo que creí desconocer hasta ese momento. Es un hecho: me siento poderosamente atraída. Los coros brotan de mi garganta y un hilo conduce mis palpitaciones hacia el tambor.
En la troya un par de cuerpos parecen flotar, juegan a pescozadas: él trata de agarrarla y viceversa, respondiendo al canto: Esta noche me lo’. Y responde el coro: Lleeevo. Al cambio de tonada dice la solista: Ay tóooo to, y responde el coro: Fueeeera. Es La perra, una danza un poco más agresiva y veloz donde la mujer busca tumbar al hombre con toda su humanidad, pero él no se deja. Allí están jugando, mirándose, cómplices y competidores. Nadie quiere perder, pero él cae y ella queda invicta y lista para lidiar con otro.
Un hombre toma la lengua: ¡Ay novillo!, y el coro dice: ¡Caraván!. En la troya, una mujer lleva los dedos índices a los lados de su cabeza asemejando unos cuernos y trata de cachear al hombre quien lo evita a toda costa. Cambia el canto otra vez: Amasé biumbembe cumbelé, y el coro responde: Gaviléeee Felipé, tonada ejecutada en la danza de dos formas simultáneamente: redondo de lado y de frente. Los redondos predominan en las danzas guatireñas y muchos de ellos llevan nombre de animal.
Otra voz joven toma el mando: Allá viene el Pato, viene de Caracas y en la carretera, perdió la petaca, y responde el coro: Ay que lele, Ay que le le ja ja, Ay que lelée Ay que laaaa. El redoblante descansa del galope y al instante una pareja se agarra cual joropo, sus pies marcan el pulso del tambor; él guía la danza y ella obedece.
Sonó “Tres golpes no más”, se levanta el santo y se despide la parranda.
EL VÍNCULO
San Juan convocó como cada 24 de junio. Acudí a presenciarle en el tumulto, la rochela, el gozo, la alegría, la vida como un argumento completo, incluyendo la devoción en la que muchos entregan su fe al mismo santo que otrora, representó para los esclavizados un vehículo secreto de conexión con sus verdaderas deidades: los dioses de la fertilidad, la libertad, el fuego y el trueno. Hoy en día algunos pagan promesa ofreciendo alimentos a los parranderos que visitan su casa para bendecirla, otros piden salud y están los que buscan la alegría constante, las ganas de vivir, la risa y el gozo a través de esta fiesta que entrevera nuestras raíces y revela el orgullo de la presencia africana sincretizada con la herencia católica; aquellos para quienes tocar y bailar tambor es reconocerse como parte de un rito en el que cada quien busca conectar con uno o varios elementos: santo, rezo, canto, tambor, danza, aguardiente, jolgorio. Más que la devoción hacia San Juan, es la devoción hacia lo que somos y precisamente, también somos San Juan.
Fue la primera vez que realicé una investigación. Llevé una libretica para anotar y los sentidos abiertos para explorar.
Finalmente entró la tarde y me fui de la fiesta, pero la fiesta nunca se fue de mí.
Sergio Ortiz
Leerte es estar en esa gran celebración de cúmulos de acción en conocimiento por ser como una CARTILLA para iniciarse en la lectura. Gracias. Si lo acompañas con audiovisuales más rico aún , cosa que no es en esta entrega. Feliz de haber asistido a esta fiesta. Un abrazo.